
Definitivamente, el gato ha discontinuado el discurso de Alicia. El pequeño dialogo de Alicia con el gato de Cheshire ejemplifica de una manera sintética el ¿de qué va? de esta obra, que frente a la búsqueda de soluciones dentro de un sistema, es el caso de Alicia, los seres humanos tenemos la posibilidad, la potencialidad de observar los sistemas desde fuera, es el caso del gato, para enfocar la solución de los problemas de una manera sistémica, es decir, una solución que comprenda la totalidad formada por la forma de pensar de Alicia y su problema, simultáneamente. Una solución que pasa por examinar las premisas en las que se basa. En formular el problema observando la estructura sistémica que lo genera.
Es seguro que después de su encuentro con el gato, algo ha cambiado en Alicia. El gato no le ha solucionado su problema, tal y como estaba verbalizado inicialmente por Alicia, pero ha hecho algo mucho mejor. El gato le ha proporcionado la herramienta para darse cuenta de la totalidad formada por su forma de pensar y su problema. Como diríamos los sistémicos, a la totalidad organizada o sistema llamado Alicia. Seguramente Alicia ha aprendido algo que nunca olvidará. Posiblemente su encuentro con el gato le ha hecho comprender su patrón de conducta y le ha proporcionado el enfoque para su solución. ¡¡Con sólo tres respuestas!!. Ya quisiéramos muchos consultores ser tan eficientes como el gato de Cheshire.
El gato le ha dado a Alicia la llave para comprender que su forma de pensar forma parte del problema y de la solución. Que no están separados. El gato de Cheshire ha actuado como un pensador sistémico. Eso es ser sistémico. Eso, ni más ni menos, es lo que nos ha enseñado el gato de Cheshire. Eso es lo que espero que esta obra sea para ti, amigo lector. Ese es mi propósito.
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